Con los recientes descubrimientos de grandes bolsas de gas a punto de entrar en su fase de comercialización y con un potencial infinito para el desarrollo de hidrógeno verde, Mauritania está a punto de convertirse en una potencia energética mundial.

Además de pesca y minerales, ahora también gas

Con una población de apenas 4 millones de habitantes de 25 años de edad media y en una superficie dos veces mayor que la de España, los beneficios de esta ganancia inesperada, junto con los de la riqueza mineral que ya explotan empresas canadienses (First Quantum Minerals, Kinross Gold Corporation) y mauritanas (SNIM, Maaden), impulsarán considerablemente el PIB de Mauritania.

Situado actualmente en unos 24,5 billones de dólares según el FMI, todas las previsiones apuntan a un crecimiento de un 5% en 2023 y un 8% en 2024, lo que le permitirá hacer frente a sus enormes necesidades en materia de educación básica, infraestructuras sanitarias, carreteras, agua, saneamiento y energía.

Las reservas del yacimiento de Bir Allah, en la costa sur del país y en fase de desarrollo, podrían ascender a 80 trillones de pies cúbicos de gas, alrededor del 10% de las reservas africanas según algunas estimaciones.

El pozo, propiedad de la Société Mauritanienne des Hydrocarbures (SMH), Kosmos Energy y BP, que tiene una participación mayoritaria, podría empezar a producir comercialmente entre 2028 y 2030. Este desarrollo energético podría determinar el futuro del punto costero más cercano al yacimiento: la zona portuaria de N’Diago, que se convertiría, así en un centro neurálgico de la producción y comercialización del gas y las industrias conexas.

La comercialización del gas alterará irreversiblemente las perspectivas de desarrollo de Mauritania, cuya economía ha girado hasta ahora en torno a dos pilares: la industria minera (hierro, oro, cobre), que representa el 54% de sus exportaciones, y la pesca, que supone el 46%.

Mauritania cuenta con excepcionales recursos de energía eólica y solar para la producción de electricidad limpia y de hidrógeno verde y amoníaco a gran escala y a bajo coste. Su desarrollo generaría un impulso masivo hacia la industrialización y diversificación económica del país así como la generación de empleo.

Estos factores y su proximidad a Europa, llevaron a la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al Presidente de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouani, a principios de noviembre de 2023, a lanzar conjuntamente la Iniciativa Team Europe (TEI) como parte de la estrategia europea «Global Gateway», cuyo objetivo es catalizar la inversión en el desarrollo de la industria del hidrógeno verde en Mauritania.

Empresas energéticas internacionales ya se han posicionado en Mauritania con proyectos de producción de hidrógeno verde a gran escala, entre ellas la estadounidense CWPGlobal y, más recientemente, el consorcio Total Eren y Chariot para el desarrollo del proyecto Nour. El Gobierno mauritano se ha comprometido a utilizar la energía verde para desarrollar el país, electrificarlo y eliminar la pobreza.

El hidrógeno verde es una energía limpia producida por electrólisis del agua a partir de electricidad renovable, como la eólica o la solar, que contribuye a descarbonizar las industrias generadoras de contaminación, como la del refinado, que imita la del mineral de hierro. También puede utilizarse como combustible para el transporte, sobre todo el marítimo. En 2020, Goldman Sachs estimó que el mercado mundial del hidrógeno verde tendría un valor de 1 billón de dólares en 30 años.

En Noviembre de 2021, en la Cumbre sobre el Clima COP26 en Glasgow, Mauritania y la empresa GWPGlobal sellaron un acuerdo para desarrollar el primer centro de hidrógeno verde del país con una inversión calculada en 40 billones de dólares.

Las reservas del yacimiento de Bir Allah, en la costa sur del país y en fase de desarrollo, podrían ascender a 80 trillones de pies cúbicos de gas, alrededor del 10% de las reservas africanas según algunas estimaciones.

El pozo, propiedad de la Société Mauritanienne des Hydrocarbures (SMH), Kosmos Energy y BP, que tiene una participación mayoritaria, podría empezar a producir comercialmente entre 2028 y 2030. Este desarrollo energético podría determinar el futuro del punto costero más cercano al yacimiento: la zona portuaria de N’Diago, que se convertiría, así en un centro neurálgico de la producción y comercialización del gas y las industrias conexas.

La comercialización del gas alterará irreversiblemente las perspectivas de desarrollo de Mauritania, cuya economía ha girado hasta ahora en torno a dos pilares: la industria minera (hierro, oro, cobre), que representa el 54% de sus exportaciones, y la pesca, que supone el 46%.